martes, 21 de agosto de 2012

La magia de La Carraca

Es indudable que el paso por el colegio cuando somos niños nos marca e influye en la decisión de elegir una u otra profesión en el futuro, sobre todo si un día, o ya desde entonces, tienes claro que quieres dedicarte a la enseñanza. Seguir ese camino que un día trazaron aquellos profesores que te enseñaron las cosas importantes de la vida con tanta dedicación y cariño. Es entonces cuando te das cuenta de que el camino tiene forma de espiral, una espiral de la que formas parte y que no termina contigo, que perdurará en el tiempo cuando sea tu alumno el que decida seguir tus pasos; ese alumno que hoy, desde su inocencia, desconociendo la palabra espiral, dice caracol (col-col).

Es por eso que tengo muchos recuerdos de mi colegio. Uno de ellos es un póster enorme, quizá ahora no me pareciera tan grande, que había en la sala del psicólogo. Todos los años íbamos a hacer unos test y yo, mientras pensaba cómo dibujarme al lado de un árbol ya que debía ser crucial si te dibujabas a un lado o a otro, lo miraba fijamente, descubriendo detalles nuevos: la máscara de un personaje, la pata de un avestruz, los pájaros de colores... y arriba el título: "La Carraca".

¡Qué alegría! Lo encontré en internet.
No sé si era la señorita Maricarmen o la señorita Chelo, las que ya en infantil (por aquel entonces preescolar), en un tocadiscos portatil de color rojo, nos ponía sus canciones (Juan pequeño baila, baila, baila, baila...) mientras los niños, felices, bailábamos entre las mesas de colores.

¡Estoy de suerte! Es muy parecido al del "cole"
Hoy son mis sobrinos y mis alumnos quienes bailan al ritmo de su música, pues La Carraca sigue en activo conjugando música, tradición e infancia, en esta espiral que traza la aguja sobre el disco de los momentos mágicos de la niñez con chinos mandarines, arlequines y primos :)



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